viernes, 30 de agosto de 2013

Berni: "Decir 'cambio-cambio' en la calle Florida no es un delito"

El secretario de Seguridad se refirió a los "arbolitos" que operan con el dólar ilegal y aclaró la policía puede detenerlos, pero el modus operandi que utilizan no es una prueba suficiente para la Justicia                     



El secretario de Seguridad, Sergio Berni, habló de los "arbolitos" que operan el dólar ilegal en la city porteña y que en estos días son rastreados por el Gobierno para contener al blue.

"Decir 'cambio-cambio' en la calle Florida no es un delito", aseguró el funcionario de la Casa Rosada este viernes. Admitió que las personas que son utilizadas para la oferta callejera "pueden ser apresadas" por la policía pero difícilmente resulten condenadas por esa sola acción.

"Cuando se detiene a un delincuente, la Justicia (para actuar) debe tener una fundamentación", reconoció el segundo de Arturo Puricelli. "Se los puede detener, pero el dicho no es suficiente; como prueba es casi nula", apuntó.

El kirchnerismo bajo el mando del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, realizó en las últimas semanas una serie de allanamientos a las "cuevas" que comercializan la moneda estadounidense en el mercado paralelo.

Aunque no lo confirmó directamente, el funcionario dejó la puerta abierta a la posibilidad de que se lleven acciones contra la venta ilegal del dólar. "Todos los días tenemos requerimientos de la Justicia para llevara a cabo un control de las cuevas", reveló en declaraciones a La Red.

Sobre el tema de los operativos ya había hablado el presidente de la Comisión Nacional de Valores, Alejandro Vanoli, quien el jueves indicó que el organismo y la Secretaría de Comercio Interior seguirán efectuando "permanentemente", con una serie de controles en el microcentro.


jueves, 29 de agosto de 2013

La CNV y Moreno allanaron una red de cuevas financieras

investigan el negocio ilegal que incluye a unos 30 reductos

La Policía Federal, por orden de la Comisión Nacional de Valores (CNV) y la Secretaría de Comercio, efectuó ayer un allanamiento de "una red de cuevas financieras" del centro porteño, sospechadas de cometer irregularidades cambiarias y comercio ilegal del divisas y cheques.



Por: 
Tiempo Argentino

La "red de cuevas" funciona en Florida 259 y consta de dos pisos con una veintena de oficinas "que tenían la fachada de agencia de turismo y otros pero que en realidad eran oficinas que estaban todas interconectadas y funcionaban como cuevas financieras", dijeron fuentes de la CNV. 

Dos inspectoras de ese organismo detectaron las irregularidades y las comunicaron a la CNV, cuyo titular es Alejandro Vanoli, y a la secretaría de Comercio, que conduce Guillermo Moreno. 

Ambas dependencias enviaron inspectores para verificar el funcionamiento de los comercios. 

Entretanto, "los oficinistas y administrativos del lugar cerraban puertas, corrían, se escapaban, se veía que se comunicaban a través de handies", indicaron testigos del operativo. "Se trata de entre 30 y 40 locales, pero están todos interconectados, y hasta ahora los operativos habían sido en oficinas puntuales", precisaron las fuentes. En el lugar también se presentó un abogado de uno de los inmuebles allanados, de nombre de Mariano Eduardo Lizardo, quien  es también abogado de la barra brava de Boca.

En otro orden, el Merval trepó 2% luego de que el gobierno aseguró que no se gravarán las acciones que cotizan en Bolsa. «

martes, 27 de agosto de 2013

"Desdoblar sin que rompa": lo bueno, lo malo y lo feo de un mercado cambiario con varios tipos de dólar

En el gremio de los analistas hay consenso de que la economía post elecciones traerá fuertes cambios. Prevén que ante la imposibilidad de levantar el cepo, el desdoblamiento sería el mal menor. Anticipan que sólo serviría para el corto plazo. Lo que viene y las enseñanzas del pasado



POR RUBÉN RAMALLO

Ya nadie duda que la escasez de dólares se ha convertido en un verdadero karma para el Gobierno.
Es que el cepo cambiario -un camino sólo de ida que en su momento decidió transitar el Ejecutivo- si bien redujo la salida de divisas también estranguló su ingreso.

Y este "torniquete" en la entrada -combinado con un drenaje cada vez mayor de dólares para la compra de energía y el pago de servicios turísticos de argentinos viajando al exterior- puso a la administración K en un laberinto cambiario que hoy día se presenta, cuanto menos, con final incierto.

"Cualquier persona que maneje esta economía enfrentará un problema serio. Hay desajustes muy fuertes que, para arreglarlos, requieren de medidas impopulares. Llevar el tipo de cambio a un precio de equilibrio implica una devaluación importante. Estamos embretados", es el pronóstico del economista Guillermo Calvo.

Lo cierto es que faltan dólares, sobran pesos, hay atraso cambiario y -como si todo esto fuese poco- las monedas de la región se debilitan frente a la divisa estadounidense. Todo un dilema para el Gobierno K.

El "lento" camino a octubre
Presionado por todas estas cuestiones, el Gobierno ha decidido poner el pie en el acelerador e imprimirle una mayor velocidad a la suba del billete verde oficial.

No obstante, no son muchas más las cosas que pueda hacer hoy día, producto del freno que le impone las elecciones de octubre.

De modo tal que se prevé que cualquier medida adicional (como encarecer los gastos de argentinos que viajan al exterior o aplicar algún impuesto a la compra de algunos bienes, como los autos importados) llegará luego de ese mes.

"Las distorsiones existentes son tales que, a esta altura, se requiere de mucho más que de medidas aisladas. Hace falta un replanteo general de todo el esquema actual de política económica", reflexiona el analista Dante Sica.

Por lo pronto, en el gremio de los economistas hay consenso respecto de que el Gobierno buscará llegar a octubre sin realizar fuertes medidas correctivas.

A partir de ese mes, será otra la historia que comenzará a escribirse para la economía Argentina.

El antecedente de 2011 
Como condimento al complicado panorama que deberá enfrentar el Ejecutivo, el economista Mario Brodershon agrega la dificultad que implica el tener cerrada la puerta del crédito externo.
Remarca que no le quedará otra que "raspar la olla" y financiarse con recursos propios.

El problema, en su visión, es que con una cotización de la soja en baja, fuerte caída de reservas, un Brasil que empuja menos y un superávit comercial que ya dejó de crecer, difícilmente pueda "bancar" el modelo tal como está planteado hoy día. 

Así las cosas, la mayoría de los analistas ya anticipan fuertes ajustes de cara a la economía post elecciones. Y prevén que el mercado cambiario estará sujeto a fuertes presiones.

"Si los resultados de octubre no son favorables para el Gobierno, el aumento del dólar paralelo y la ampliación de la brecha cambiaria crearán un clima económico y político nada favorable y muy conflictivo", pronostica Brodersohn.

Por lo pronto, el "día después" de los comicios se presenta como un gran interrogante por las medidas que el Ejecutivo vaya a tomar.

Analistas recuerdan lo que ya sucedió en octubre de 2011, cuando a solo horas de la reelección presidencial se implementara el cepo cambiario y una catarata de iniciativas (como las restricciones al giro de utilidades, entre tantas otras) que marcaron un antes y un después para la economía argentina y para el mandato de Cristina.

La economía argentina post electoral
"Aunque el Gobierno siempre ha mostrado una audacia no prevista en los manuales convencionales de regulación cambiaria, pueden trazarse algunas certezas y algunas conjeturas sobre lo que podría suceder a partir de octubre", señalan desde Empiria, la consultora dirigida por Hernán Lacunza.

Desde esta firma, ven como muy poco probable que haya un relajamiento del cepo. Por el contrario, estiman que la "persistente caída de reservas -que continuará en 2014 y 2015- no dejará margen para atenuar los controles. Más bien, estos se profundizarán".

También Guillermo Calvo es de los que sostiene que las restricciones difícilmente puedan quitarse: "Creo que Cristina ya no puede hacer un giro pro-mercado, sería muy peligroso".

"Si me preguntara el Gobierno qué haría con el cepo le diría ´cuidado con hacer reformas liberalizadoras´, ya que para esto se requiere de credibilidad", añade.

Para este influyente economista- que predijo el efecto Tequila de 1995- cualquier cambio brusco es muy peligroso.

De modo tal que ve como "mal menor" avanzar en un desboblamiento cambiario: "Sería lo menos riesgoso, porque mejoraría la asignación de recursos".

"Basta con ver -agrega- lo que sucede con el déficit en turismo. Indudablemente dejar subir el precio del dólar en ciertos sectores tiene una virtud y ayuda a aumentar la inversión. Cuando la brecha cambiaria supera el 30%, la inversión se distorsiona".

El desdoblamiento tan temido
Lacunza considera probable que se establezcan "restricciones adicionales al turismo y que el Gobierno avance en un desdoblamiento cambiario".

Por cierto, no es el único economista que estima que esto sucederá.

Carlos Melconian sostiene que el dólar paralelo, las reservas y la suba de precios "le darán más de un dolor de cabeza al oficialismo".

Ante ello, afirma: "No puede descartarse un avance con medidas más de fondo como, por ejemplo, un desdoblamiento formal del mercado cambiario o iniciativas más extremas para forzar el ingreso de divisas".

También el ex viceministro de Economía Juan José Llach, cree que sobrevendrán épocas de fuertes ajustes, "en particular, en el régimen cambiario, tal vez explicitándose varias cotizaciones para el dólar, aunque ello no sea bueno".

Desdoblar "sin que se rompa" 
Por lo pronto, los analistas creen que -dadas las actuales distorsiones- avanzar en la post electoral con un desdoblamiento cambiario sería a corto plazo un camino menos riesgoso a otros (como liberar el cepo) y que ayudaría a "blanquear" algunas operatorias.


No obstante, pocos economistas dan cuenta de sus ventajas a largo plazo. Es que cuando surgen este tipo de mercados, aparecen ganadores y perdedores -según el rubro de actividad- y ello da lugar a un sinfín de maniobras especulativas.

Inicialmente, esta medida muestra dos segmentos claramente identificados:

-Los que operan con dólar bajo: exportadores agrícolas y compradores de insumos importados.
-Los que operan con dólar alto: turismo, importaciones de productos suntuarios o sustitutivas.

En este sentido, los analistas de Empiria consideran algunos de los pros y contras del desdoblamiento:


¿Cómo se traduciría el desdoblamiento en la práctica? Desde Empiria así lo grafican: "Un dólar turista más alto -si se apunta a tratar de recobrar el equilibrio en la balanza comercial de servicios- o un dólar exportador más elevado, si lo que se busca es estimular la actividad en las economías regionales o en el sector industrial".

Entre las ventajas de formalizar el desdoblamiento, los expertos destacan que se podría estimular una mayor oferta voluntaria de divisas, ante una paridad legal más alta.

A la vez, podría ser "vendido" por el Gobierno como un aliento a la política industrial.

Sin embargo, no todos los analistas piensan que este camino ayudará y ponen foco en las consecuencias negativas.

"No tiene demasiado sentido desdoblar. Si se establece un dólar comercial más o menos como el actual, la brecha entre el financiero y el oficial mostrarían la desconfianza en el peso, pero no se solucionaría el problema del comercio exterior", señala el economista Roberto Cachanosky.

Otra de las desventajas viene por el lado de que se convalidaría la expectativa devaluatoria, una eventual mayor caída de las reservas y un incremento en las tasas de interés.

Para el economista Eduardo Robinson "el desdoblamiento en un dólar financiero y otro comercial podría ser un atenuante de las expectativas, pero no soluciona los problemas de fondo, que son brecha e inflación".

"Los sectores exportadores presionarán para que sus ventas se liquiden al dólar financiero", remarca.

En buen romance, los analistas señalan que si no se avanza en corregir las distorsiones, el desdoblamiento puede generar más costos que beneficios a lo largo del tiempo.

"La experiencia en la Argentina nos enseña que es un modelo fácil para entrar y muy difícil de salir sin provocar, paralelamente, un serio shock recesivo e inflacionario", sostiene Brodersohn.

Al respecto, el economista Guillermo Kohan afirma: "En el mejor de los casos -acorralado el Gobierno por la persistente pérdida de reservas- se podría dar algún mecanismo de desboblamiento para un levantamiento parcial del cepo".

"Habrá, sin duda, más devaluación para el dólar oficial, más impuestos a ahorristas, posiblemente algún tarifazo adicional en naftas, menos subsidios en servicios públicos y, desde luego, mayor inflación", especifica. 

Uno de los altos costos viene por el lado de que, en un contexto de elevado índice inflacionario como el actual, suele apelarse a los denominados "mix" de tipos de cambios.

El problema de esto es que se arranca con un variedad de tipos de dólar (algunos más bajos, otros intermedios y más elevados) pero, con el paso del tiempo, todos se van corriendo hacia el valor más alto de ellos.

También se suma que, por lo general, el desdoblamiento no logró nunca terminar con el mercado marginal o blue, sino que, por el contrario, le dio un impulso adicional. 

El pasado enseña
La última vez que rigió un sistema como el que podría implementarse fue en la década de los '80, con el Plan Primavera aplicado por el Gobierno de Raúl Alfonsín en 1987.

Se basaba en un dólar comercial para mantener protegida la industria local y otro financiero para frenar la especulación contra la moneda.

Para comprender cuáles fueron los resultados de su implementación, basta mencionar que resurgieron el mercado paralelo, la bicicleta financiera y una muy elevada suba de precios que devino en el proceso hiperinflacionario de 1989.

En febrero de 1988, la brecha entre el dólar financiero y el comercial rondaba el 36%, pero el paralelo era, a su vez, un 35% superior que el financiero.

Más atrás en el tiempo conviene recordar que la mayor distancia entre la divisa marginal y el comercial se alcanzó en febrero de 1975, cuando llegó al récord de 378%.

Finalmente, la historia indica que en todos los casos en que se implementó este tipo de política, sólo se logró posponer el sinceramiento cambiario que se ajustó en forma automática a la mayor cotización del mercado.

Es decir, el dólar siempre terminó acomodándose al valor vigente en la plaza negra, marginal, paralela o blue, según como se lo haya denominado en la época en que sucedió.

El pasado "habla". Sus enseñanzas pueden servir para el presente.


lunes, 26 de agosto de 2013

Devaluación argentina al "ritmo carioca": el real se debilita y mete más presión al dólar oficial

Con un ojo miran la suba del billete verde y con el otro, lo que sucede con la moneda brasileña. Así están los ejecutivos, que temen por el impacto que traerá el actual movimiento "alocado" de divisas. Temen que sus productos se encarezcan y se complique vender al principal cliente del país



POR JUAN DIEGO WASILEVSKY

Con una catarata de cerca de 30 tuits en pocos minutos, la presidenta Cristina Kirchner impartió algunas nociones de Economía a sus más de 2,2 millones de seguidores que posee en esa red social.

Para ello, apeló al tan comentado y discutido paralelismo de la Argentina con dos naciones desarrolladas -Australia y Canadá-, para luego trazar comparaciones sobre variables "macro" como el déficit fiscal, deuda pública o niveles de reservas de cada uno de los bancos centrales.

Y en esta ráfaga de posts, la jefa de Estado le dedicó un párrafo especial al superávit comercial, es decir, a la diferencia entre exportaciones e importaciones.

Para ello, presentó un estudio del Ministerio de Industria con una serie de infografías que llevaban el sugerente título "Derribando mitos". Apoyada en estos cuadros, la mandataria destacó el hecho de que la Argentina cerró 2012 con un saldo de más del doble que Australia, en tanto que fustigó a Canadá por su rojo de casi u$s9.000 millones.

Acto seguido, desde su cuenta @CFKArgentina, planteó: "¿Cómo relaciona uno quién es su mayor socio? A través del intercambio comercial que hay, en las importaciones y exportaciones".

Frente a esto, expuso el caso de Canadá, cuyas exportaciones dependen en un 75% de "USA", en tanto que el principal comprador de Australia es China, que absorbe el 24% de sus ventas externas.
¿Y qué sucede en el caso de Argentina? La Presidenta le dedicó varios tuits a este tema: posteó "Argentina depende de su gran socio comercial que es Brasil" y acto seguido refutó esta frase con otra infografía titulada "Derribando mitos", con la cual negó que este país sea tan relevante, dado que sólo adquiere el 20% de los productos nacionales.


"¿Saben con lo que yo sueño? Con una Argentina que esté lo suficientemente bien informada, para que nadie vuelva a meterles el perro...", lanzó la mandataria.

Más allá de las críticas que despertaron algunas de sus comparaciones, la Presidenta, al centrarse en la cifra global de las ventas al mundo -con las consecuentes distorsiones que provocan en las estadísticas la megacosecha de soja- obvió comentar el enorme peso que Brasil tiene para el "Made in Argentina": de los u$s15.600 millones que exportó el país en concepto de productos industriales durante los primeros siete meses del año, la mitad de ese total tuvo como destino a Brasil.

Hilando más fino, el empuje de este socio comercial es fundamental para el sostenimiento de miles de fábricas de este lado de la frontera, dado que:

Adquiere el 80% de los vehículos exportados por la Argentina, rama de actividad que a su vez explica más de la mitad del crecimiento de toda la producción fabril nacional. 
Capta casi el 70% de las exportaciones de caucho y derivados.
"Aspira" cerca del 60% de los envíos al exterior que realiza la industria del plástico. 
Compra la mitad de las ventas al mundo efectuadas por el sector textil. 
• Concentra el 40% de los envíos de productos eléctricos y de calzados, sólo por nombrar algunos sectores.

Si a esto se suma la fuerte incidencia de los productos "made in Brasil" en la estructura de importaciones de la Argentina -de más del 60% en el caso de autos y superior al 30% en insumos y materias primas-, está claro que lo que suceda en el país vecino es un tema de extrema sensibilidad para la agenda económica.

Esto explica por qué la fuerte devaluación que experimentó el real en las últimas semanas se transformó en una señal de alarma en los despachos de los funcionarios nacionales, conscientes de los "coletazos" en el corazón del "Made in Argentina", producto de un país vecino más competitivo en términos cambiarios.

Desde principios de marzo -cuando la moneda brasileña se ubicaba por debajo de las 2 unidades por dólar-, inició un rally de depreciación de más del 20%, lo que la llevó a tocar, en la actualidad, su valor más bajo en cuatro años.


El peso argentino, en tanto, se devaluó un 9% en el mismo período, a lo que hay que sumar la fuerte inflación acumulada en dicho lapso, lo que licuó cualquier tipo de ganancia de competitividad.

"Para la Argentina es una muy mala noticia la fuerte pérdida de valor que experimentó el real porque los productos brasileños se abarataron en términos de dólar. Esto complica a nuestra industria, que debe enfrentar una creciente presión de costos. En estos meses, pero especialmente en las últimas semanas, se perdió mucho de ese colchón que durante años nos daba nuestro socio comercial", sintetizó Mauricio Claverí, economista de Abeceb.

Al analizar las razones por las cuales de un "súper real" jugando a favor de la Argentina se pasó a este escenario de extrema debilidad de la moneda, que perjudica a la administración K, Ramiro Castiñeira, analista de Econométrica, recalcó que "la expectativa de una economía estadounidense más fuerte hizo que una gran cantidad de los fondos que había captado Brasil en los últimos años, se fugaran".

Así, con el posible principio del fin de la sobreabundancia de billetes verdes en tierras de Rousseff, el dólar tiende a la suba y, por ende, el real se mueva en sentido inverso.

La industria argentina, en la "zona roja"

Al momento de trazar cuál es la "delgada línea roja" a partir de la cual las empresas argentinas empezarían a sentir los efectos de un real más débil, los expertos destacan que la industria nacional ya entró en "zona de turbulencia".

Un informe elaborado por Econviews, alertó que en términos reales -es decir, descontando la inflación-, el peso ya alcanzó su mayor valor frente a la divisa brasileña desde 2001.

En otras palabras, "en los últimos diez años nunca la moneda argentina estuvo tan apreciada contra el real como en la actualidad", recalcó la consultora que dirige Miguel Kiguel.

Además, desde Econviews destacaron, en diálogo con iProfesional, que volvió la paridad "1 a 1" entre ambas monedas -siempre en términos reales- si se toma como punto de referencia 1998, es decir, antes de la gran devaluación brasileña.

En tanto, si se considera 2001, el "colchoncito" de competitividad cambiaria que queda en pie es de apenas el 30%.


Jorge Vasconcelos, economista del IERAL confirmó que el actual tipo de cambio en el país vecino ya encendió una luz de alarma para la industria nacional.

"Cuando el año pasado el dólar valía 2 reales ya teníamos problemas porque nuestros costos laborales eran un 35% más elevados que los de Brasil. Ahora, con una cotización de 2,40, sin dudas esos inconvenientes se van a agravar", advirtió.

Frente a esto, el consultor Salvador Di Stefano alertó que con esta fuerte depreciación, "Brasil bajó sus costos internos y le dio aire" tanto a los productores agropecuarios como a la industria de su país. 

El peso, "esclavo" del real

Pese a los esfuerzos oficiales por intentar demostrar una baja dependencia hacia este socio comercial, la realidad indica que cada vez que Brasil devaluó, el BCRA no tuvo más remedio que ir acompañando y "copiar" los movimientos del real, tal como se observa claramente en el siguiente gráfico, elaborado por Econviews, donde se puede ver cómo el ritmo de la moneda vecina frente al dólar luego fue "replicado" por el peso. 


Esto explica por qué se suele apelar a la frase de que la política monetaria argentina "baila al ritmo carioca", en función de las medidas que se tomen en el país vecino.

Frente a esta dinámica, Di Stéfano alertó que "la última vez que Brasil realizó una gran devaluación, en 1999, el resultado fue una depresión económica en nuestro país. No deberíamos perder la memoria y buscar la forma de igualar la competitividad brasileña".

Claro que el problema que se le presenta a la administración K es que "engancharse" a la locomotora del real y "calcar" su depreciación puede tener un alto costo para la economía argentina, dado que un dólar más caro, bajo el punto de vista de Miguel Bein, fogonearía con más virulencia la suba de precios.

"Si se pretende acelerar la pauta de devaluación, se corre el riesgo de terminar en un nivel de inflación más alto, sin necesariamente lograr una ganancia en términos de competitividad si esto no se combina con un programa económico a mediano plazo y algún nivel de apertura al crédito", resaltó el economista.

Doble riesgo: no sólo se mira el real 

Para los expertos, el problema cambiario explica la mitad de las preocupaciones de los funcionarios hoy en día.

Sucede que, a la par de esta luz de alerta por un real más débil y, por ende, más competitivo, se suma el inconveniente de una economía brasileña que está lejos de despegar como confiaba que sí ocurriría la administración K.

El punto central es que, como se señaló anteriormente, Brasil adquiere el 50% de las exportaciones de productos industriales con sello nacional, de modo que si el consumo sigue "tirando rebajes" en tierras de Rousseff, habrá un "doble impacto".

"Por la relación comercial, podemos asegurar que hoy es tan o más preocupante que la devaluación del real, un menor nivel de actividad en el país vecino. Esto le pega de lleno a las exportaciones argentinas con valor agregado y también a la inversión", aseguró Claverí.

Y el primer sector que se debe monitorear es el automotriz.

Durante los primeros siete meses del año, los envíos de vehículos a Brasil superaron los u$s5.100 millones, con una tasa de variación "explosiva" del 47%, lo que puso a las terminales nacionales a trabajar a todo vapor.

Pero para el último cuatrimestre las expectativas son malas: las ventas en el país vecino cayeron un 7% en julio y, según Abeceb, los envíos de 0Km nacionales se contraerán considerablemente.

Desde la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA) emitieron un comunicado en el que destacaron que "atentos a la situación socio-económica del país vecino, sumado a la revisión de las proyecciones a la baja que manifiestan nuestros pares, hay una necesidad de que redoblemos los esfuerzos para superar el desafío de diversificar los destinos de exportación".

En buen romance, hicieron un llamado a no poner todos los huevos en la misma canasta y salir a compensar un inminente bajón de los envíos a Brasil.

En este escenario, la reciente decisión del Banco Central del país vecino de inyectar la friolera de u$s60.000 millones para ponerle un techo a la devaluación del real -y así desalentar una mayor inflación- llevaría algo de tranquilidad al Gobierno K.

Sin embargo, en la medida en que la "locomotora" que conduce Dilma no aumente su velocidad y cuanto más se profundice el fin de la "súper soja", cada vez resultará más difícil trazar paralelismos favorables con otros países a través de Twitter.

viernes, 23 de agosto de 2013

Se dice de mí: los cuatro mitos que plantean las mesas de la City sobre el dólar blue

Dicen que no hay operaciones cuando en realidad el volumen es el habitual y que no existe un precio de referencia por la escasa cantidad de transacciones. Las financieras informan un valor 20 centavos menor al real, para que el mercado paralelo pase desapercibido y no llame la atención del temido secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno



MARIANO GORODISCH Buenos Aires

1. “No hay operaciones”. La orden del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, fue que no se opere hasta que arranquen los Cedin. Si bien los Cedin ya empezaron hace casi dos meses, todavía no tomaron fuerza de arranque. Todo hace indicar que las últimas dos semanas de septiembre, que es la etapa final del blanqueo, serán las de mayor recaudación. En el gobierno son conscientes que el mercado paralelo no puede dejar de operar por completo hasta las elecciones legislativas de octubre, así que el pedido habría sido que se transe lo menos posible. Y que se informe a los medios que, en la plaza, “prácticamente no hay operaciones”. Por eso es que siempre se dice eso, cuando en realidad el volumen actual es el normal, de unos u$s 50 millones diarios, con las grandes mesas operando como siempre, “despachando” órdenes de compra por u$s 100.000 como si nada. Claro que, si una empresa necesita comprar u$s 1 millón, se le aconseja hacerlo en cuentagotas, a lo largo de toda una semana, adquiriendo u$s 200.000 cada día, para no levantar la perdiz y no provocar una abrupta suba del billete.


2. “No hay un precio de referencia porque no hay mercado”. Una de las típicas excusas es que no hay un precio fijo del billete porque el volumen es tan pero tan bajo que se hace complicado tener un valor de referencia. Falso. Todos los días, los cueveros tienen su valor. El “mercado a mercado”, como se denomina en la jerga a las operaciones entre los propios players del sector, cerró ayer en $ 9,10 comprador y en $ 9,15 vendedor. 

3. “El dólar blue es para el gobierno: el precio real es el del dólar cueva”. Mentira. El precio informado del dólar blue de $ 8,60 no existe, ya que nadie vende a ese valor. Y el precio del dólar cueva de $ 8,95 es una información mentirosa que dan para los medios, de modo de no irritar los sensibles ánimos de Guillermo Moreno. Por lo tanto, disimulan el alza del billete: cuando escaló 11 centavos, como ayer, dicen que sólo subió 5, para que el secretario de Comercio Interior no paralice la plaza cambiaria. El valor real del dólar es el “blue blue”, que es 20 centavos más alto que el “dólar cueva”. Vale recalcar que esta cotización sólo rige para aquellas transacciones a nivel mayorista, porque si un novato va por primera vez de visita a los arbolitos de la calle Florida le pedirán $ 9,35, siempre cuando sea de lunes a viernes en horario bancario, que es el mismo en el que funciona el mercado paralelo. A la tardecita el precio sube cinco centavos y a la nochecita diez, ya que hay menos competencia y, además, lo hacen para cubrirse por si al día siguiente el blue abre con una suba. Los sábados no hay mercado, así que no se consigue buen precio, y el domingo menos que menos, porque muchos arbolitos descansan, y los pocos que trabajan se hacen valer.


4. “Es un mercado marginal y no representativo”. Si bien esta afirmación puede ser cierta, ya que el volumen diario es de tan sólo u$s 50 millones, es el único “dólar libre” que se puede comprar. Y cada vez son más en cantidad y en variedad los arbolitos que pululan por la City porteña: desde abuelos hasta chicas jóvenes, pasando por hombres trajeados y mujeres con neto perfil de amas de casa, que vocean la palabra “cambio, cambio, pago más” a toda hora del día. Mal no les va: quienes tienen sueldo fijo se llevan $ 350 por día por estar parado en la calle de 10 a 18 (con una hora de almuerzo) voceando. Si se tiene en cuenta que el año pasado estaban en $ 250 por día, se podría llegar a decir que la “paritaria” de los arbolitos, con un incremento del 40%, fue mejor que la de los Camioneros. “Claro que, para ganar esto, te tienen que calzar varias operaciones; de lo contrario, no te sirven. Mejor que estén a comisión y listo”, revela el dueño de una financiera. “Yo estaba a comisión, pero ahora me independicé, así que trabajo con mi propia plata y gano mucho más”, cuenta un cambista de Lavalle, que peina canas y tiene su propia clientela. “Para qué le voy a dar la plata a otro: mejor trabajo para mí”.

jueves, 22 de agosto de 2013

Advierten que la evolución del dólar blue será clave en la agenda de los próximos 60 días

De aquí a las elecciones legislativas de octubre todas las miradas estarán puestas en su cotización. El Gobierno apuesta a que no supere los $10



También la economía jugará su partido hasta las elecciones legislativas de octubre: durará 60 días y los analistas apuntan a que el marcador sea en función del nivel del dólar paralelo. 

A modo de síntesis, si el "blue" está a menos de $10, el 27 de octubre el Gobierno habrá logrado un empate y sobrellevar, con esfuerzo, las presiones que desde hace meses vienen ejerciendo los desajustes de algunas de las principales variables económicas. 

La conclusión surge del convencimiento de que en estos 60 días son pocas las modificaciones que se esperan, especialmente, en materia cambiaria, consigna el diario Clarín en su edición de hoy. 

Un reciente informe de la consultora Empiria define el futuro cambiario en cuatro puntos, los dos últimos a modo de especulación: 

-Una devaluación brusca es muy improbable. No está en el ADN del Gobierno (a lo sumo podría intentar una suba más rápida del dólar oficial). 

-No habrá relajamiento del cepo cambiario: seguirá la caída de reservas en 2014 y 2015 ,y eso no deja márgenes para atenuar los controles. 

-Podrían sumarse mayores restricciones al turismo (con límites de compras con tarjeta en el exterior, como en Venezuela). 

-Se especula con el desdoblamiento cambiario: bajo, para el agro e importaciones básicas, y alto, para atesorar, girar divisas, importaciones suntuarias. Y una mejora del tipo de cambio sobre los productos regionales. 

Respecto del último punto, el matutino menciona que la Presidenta, en varias oportunidades, descartó la posibilidad de un desdoblamiento (aunque el mercado ya lo hizo de hecho) pero eso dependería de la necesidad de divisas que tenga en el futuro. 

En un contexto en el que no se esperan medidas sorpresivas, el Gobierno avanzó en decisiones clave respecto de los pagos de deuda al exterior y la posibilidad de seguir consiguiendo financiamiento del Banco Central. 

Ya autorizó a usar otros u$s2.500 millones del Central para pagarle a los tenedores de títulos Bonar VII y así, a fines de la semana próxima, las reservas bajarían a u$s 35.000 millones, un nivel aún alto pero que ratifica el rumbo de los últimos tiempos: sólo se mueven hacia abajo. 

Además de esos dólares, y en silencio, habría logrado otros u$s7.000 millones que originalmente el Presupuesto habría previsto para pagarle a organismos internacionales que quedarían pendientes. 

Esos dólares entraron dentro del marco de la tentación oficial de ser pasado a pesos para destinarlos a aumentar el gasto público. 

De esta forma, y después de que el Central ya haya emitido generosamente este año unos $ 80.000 millones para financiar al Tesoro, se habría abierto una nueva vía para financiar más gasto público en tiempos de campaña. 

Mientras tanto, y en medio de una montaña de pesos (los bancos nadan en liquidez), el Central acelera la suba del dólar oficial (va a un ritmo de 28% anual) para no perder terreno frente al paralelo (ayer en $9,05) ni a Brasil, que en el año ajustó 15% su tipo de cambio mientras que la Argentina lo hizo al 13%. 

En esas carreras, una parte del resultado del partido está jugado. 

La mejora de la actividad económica del segundo trimestre (aumento en la venta de autos, electrodomésticos y repunte de la construcción) mantendrá su ola expansiva hasta octubre. 

Y otro tanto ocurrirá con la inflación, que aparece instalada por encima del 2% mensual, duplicando los porcentajes del comienzo del año. 

Así el partido tiene, por un lado, el riesgo de que la aceleración del dólar oficial le agregue combustible a la suba de los precios. Y de que la inflación se coma parte de la mejora que obtuvieron los asalariados en paritarias y los jubilados. 

Por otro lado, si el Gobierno se resiste a subir las tasas de interés para acercarlas a la inflación (hoy un plazo fijo ofrece 18% y los precios suben 24% en el año), un corrimiento al dólar blue siempre será una amenaza . 

Y un interrogante adicional del tiempo preelectoral es si al Gobierno le alcanzarán los aprietes de Guillermo Moreno a bancos y casas de cambio para mantener el paralelo por debajo de los $ 10. 

Las presiones del secretario de Comercio parecen haber perdido efectividad y hasta algunos funcionarios entienden que tarde o temprano el Gobierno deberá poner dólares sobre la mesa para aquietar las aguas en caso de necesidad. 

En este partido, donde hay más compradores que vendedores y una montaña de pesos frente a cada vez menos dólares, la pulseada será permanente. 

El blanqueo de divisas todavía no logró mejorar la performance ni por los Cedin ni por el Baade. 

Por Cedin, el certificado destinado a reactivar el alicaído mercado inmobiliario, hasta ahora hay u$s 30 millones. 

Y por vía del Baade, el bono para el sector energético que comenzó a suscribirse el martes, todavía no hay novedades. 

En esa perspectiva, los u$s4.000 millones a los que aspiraba el Gobierno por el blanqueo se presentan como una cifra inalcanzable. En los últimos años, la Argentina creció y multiplicó sus importaciones. 

Basta tener en cuenta que en el 98, el mejor año de la Convertibilidad, se importaban u$s1.000 por habitante. Ahora, esa importación anual per cápita llega a u$s 1.700, un salto de 70% que, en gran medida, fue posible por los dólares de la soja. 

Pero, al precio actual del dólar, las divisas que aporta el "yuyo" no alcanzan para garantizar un crecimiento sostenido. Las correcciones son necesarias pero por 60 días la estrategia oficial no sería otra que resistir, concluye Clarín este jueves.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Bancos pedirán Cristina menos emisión y tipo de cambio competitivo


Como parte del encuentro en el que recibirá a sindicalistas, industriales y empresarios, los banqueros llevarán propuestas para realizar cambios en la economía. Y también buscarán consensuar que se avance con el impuesto a la renta financiera sin afectar los depósitos


    
JULIÁN GUARINO Buenos Aires
“Espero que tengan preparadas sus preguntas para mis respuestas”, solía decirle a los periodistas Henry Kissinger, ex Secretario de Estado estadounidense. Casi respetando la misma tónica filosófica, los bancos nucleados en la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) van al encuentro con la presidenta Cristina Fernández que se llevará a cabo hoy en Río Gallegos, con la iniciativa guardada en el bolsillo: “la agenda la pone la presidenta”, dicen.


De todas formas, en la carpeta que lleva Jorge Brito, el titular del Banco Macro, existen algunos puntos que se han consensuado de antemano. Uno de los principales tiene que ver con el atraso cambiario y la falta de dólares. Los bancos no piensan eludir la discusión del tema, más bien, participarán activamente tratando de dar su visión del asunto. Saben que por parte de la Unión Industrial Argentina (UIA) la propuesta estará más vigente que nunca y que para un sector del Gobierno cuya cabeza visible es el viceministro de Economía Axel Kicillof, el desdoblamiento cambiario y, por ende, la devaluación del tipo de cambio de algunos sectores de la economía que hoy piden ayuda (y la legalización de ese desdoblamiento), está a la vuelta de la esquina. Por eso buscarán terciar entre la posición dura de los sindicatos (y en parte del propio Gobierno) que se resiste a la transferencia de riqueza que provoca cualquier devaluación de los sectores de ingresos bajos a aquellos que han ahorrado en dólares, y la de los industriales. En este sentido, la posición de las entidades es respaldar medidas que potencien la competitividad del tipo de cambio, pero que deberá acompañarse de un paquete de estímulo y de una política monetaria con mayor control, es decir, con menor emisión e inflación.

Para ello reclamarán que se vuelva al superávit fiscal y comercial o que, al menos, se comience a transitar ese camino. “Queremos que la economía vuelva a la fotografía del 2007, cuando teníamos crecimiento y consumo pero no tasas de inflación tan elevadas”, sostienen.


Estimaciones de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) indicaron que el saldo de la balanza comercial de este año será de u$s 8.300 millones en lugar de los u$s 10.000 millones previstos por el Gobierno nacional. Por otro lado, según consultoras privadas, la base monetaria terminaría creciendo en torno al 36/38% en diciembre 2013. Así, el tipo de cambio de cobertura cerraría el año en torno a $ 12 por dólar y el blue se ubicaría en $ 11.


Un capítulo aparte es el tratamiento del impuesto a la renta financiera. Sabido es que el Gobierno avanza con cambios en el impuesto a las Ganancias, pero que también se encuentra redactando la letra chica del proyecto que grave la especulación financiera. En este sentido los bancos planean avalar la iniciativa -o al menos no oponerse-siempre y cuando se preserve al pequeño ahorrista. 

En la traducción, sostienen que se opondrán a que se graven los depósitos a plazo fijo, por lo menos aquellos que se ubican por debajo de los $ 700.000. En el Gobierno creen que el gravamen a la renta financiera no alcanza para compensar una eventual modificación en Ganancias. Días antes de las elecciones, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, dijo que podrían recaudarse unos $ 5.500 millones al año. Como contrapartida, el fisco embolsó unos $ 25.000 millones en 2012 por la cuarta categoría de Ganancias. Sin embargo, en el Ejecutivo entienden que el impuesto a la renta financiera podría funcionar como un gesto político (estaría bien visto por los trabajadores) y un mensaje a los bancos. En el Gobierno acusan a Jorge Brito, el titular de Adeba, de apoyar a Massa. Por eso lo habrían convocado a la reunión de hoy mientras que a los bancos extranjeros, nucleados en la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), “los dejó pasar”.

lunes, 19 de agosto de 2013

Los préstamos en dólares para empresas continúan en caída

Descendieron casi 39% en forma interanual a u$s3.380 millones. Los bancos cada vez financian más el comercio exterior en pesos  


En sintonía con la caída de los depósitos en dólares, las líneas de financiamiento en moneda extranjera mantienen su tendencia descendente, que se acentuó en los últimos meses. Como consecuencia, el crédito a empresas que demandan dólares para sus operaciones de comercio exterior cayó a niveles de u$s3.380 millones, el menor de los últimos años, representando una caída del 38,6%.

Esta verdadera pesificación que se está viviendo en los préstamos bancarios a empresas no es un efecto buscado por los bancos, sino la consecuencia de la escasez de la materia prima para otorgarlos, es decir los dólares. De hecho, el goteo de depósitos en dólares se mantiene, al punto que la última semana informada por el BCRA (del 5 al 9 de agosto) se fueron u$s29 millones, a un promedio de 7,8 millones diarios.

Los depósitos en dólares del sector privado se ubican en u$s6.839 millones, lo que representa una pérdida de 53% respecto a los u$s14.800 millones que había a fines de octubre de 2011, antes del cepo cambiario. Esta caída de las colocaciones en dólares también impacta negativamente en el Banco Central, ya que los encajes en moneda extranjera también integran las reservas internacionales.

Por lo tanto, desde que el Gobierno decidió acentuar las restricciones cambiarias con el cepo, se dio un proceso inverso en lo que respecta al financiamiento en dólares. Antes, el Central venía incentivando el financiamiento en dólares para el sector exportador, pero agregando más tarde a empresas proveedoras de exportadoras. Sucedía en ese momento que los bancos tenían aún una capacidad prestable excedente en dólares muy grande, por lo que era necesario aumentar la demanda de préstamos en esa divisa.

El objetivo de la entidad que preside Mercedes Marcó del Pont siempre fue evitar el descalce de monedas: es decir que sólo se endeuden en dólares aquellas compañías que por su actividad también generen divisas, dice un artículo de Ámbito Financiero.

La caída de los depósitos en dólares motivó que los bancos más involucrados con el financiamiento al comercio exterior fueran reemplazando gradualmente las líneas en dólares por otras nominadas en pesos, respetando los plazos. 

Aunque se trata de préstamos un poco más caros, las entidades procuran que la tasa resulte más o menos equivalente a la vigente para el financiamiento en dólares, es decir inferior al 5% anual.
La alternativa del "Dólar linked"

Algunas empresas exportadoras como Cresud o Molinos también optaron en los últimos tiempos por otro instrumento para financiarse: la colocación de bonos atados al tipo de cambio oficial, es decir "dólar linked".

Se trata de un instrumento genuino para conseguir fondos frescos a plazos más largos. Aún cuando se acelere el tipo de cambio oficial, como viene sucediendo desde hace tres meses y especialmente en lo que va de agosto, se supone que este tipo de compañías están bien cubiertas, ya que al ser exportadoras también cobran más pesos por cada dólar que ingresan. 

Distinto es el caso de otros emisores, como las provincias, que sólo recaudan en moneda local. En ese caso, juntar los pesos para pagar deuda en dólares en el exterior o para hacer frente a los bonos emitidos localmente con cláusula de ajuste al tipo de cambio oficial implica un mayor esfuerzo fiscal. Lo mismo sucede con empresas que acuden a este instrumento sin tener actividad exportadora.

Nada hace suponer que para adelante vaya a cambiar esta tendencia. Se estima que la caída de los depósitos en dólares no cederá, ya que la merma casi permanente de reservas también intranquiliza a los depositantes. Además, como la tasa de remuneración de los depósitos en moneda extranjera es inferior al 1% anual, el "costo de oportunidad" de hacerse de los billetes en vez de dejarlos en el banco es prácticamente nulo.

Por lo tanto, en la medida que se mantenga la merma de las colocaciones en moneda extranjera, también seguirá en declive el financiamiento en dólares, que ya se encuentra en caída libre. En julio, por ejemplo, la caída de u$s390 millones fue la más notoria de los últimos diez meses.


viernes, 16 de agosto de 2013

El Banco Central anotó en los últimos 30 días la mayor devaluación del año

El mayorista avanzó casi cuatro centavos en la semana. En los últimos 30 días escaló a un ritmo consistente con una suba del 32% en los próximos doce meses


El precio oficial del dólar entró en una franca aceleración en la primera mitad de agosto y la velocidad de deslizamiento marca una pauta anualizada de suba del billete estadounidense del 32%, su mayor velocidad en lo que va del año.

El Banco Central dejó que el dólar mayorista subiera más de un centavo el jueves hasta los $5,579 por unidad, al tiempo que se vió obligado a vender u$s 10 millones para evitar una suba aún mayor de la divisa. En el mercado paralelo, aunque con pocas operaciones y fuerte vigilancia, el blue pasó los $9 antes de corregir y cerrar en 8,95 pesos.

En lo que va de agosto, la entidad conducida por Mercedes Marcó del Pont no le dio respiro a la cotización del dólar. Empujada la necesidad de contener la caída de reservas y presentar competencia a la devaluación del real brasileño, anotó en los últimos 30 días su mayor ritmo de devaluación del año.

En lo que va de esta semana, el dólar mayorista ganó 3 centavos y 8 milésimas de peso, apenas una milésima por debajo de su mayor avance semanal del año y con sólo una rueda restante antes del final de la semana.

Avanza 1,3% en lo que va del mes y, en los últimos 30 días, anotó una suba de 2,67% que tiene a los operadores dudando respecto a si se sostendrá o no. De mantenerse semejante velocidad de apreciación del dólar, en los próximos 12 meses el precio se movería 32%.
El BCRA aceleró la pauta de devaluación del dólar oficial en un intento por limitar el atraso cambiario hacia adelante y acotar la pérdida de reservas frente a una coyuntura de menor oferta de dólares en los próximos meses.

"En tanto estaría intentando registrar un saldo neutro en promedio en sus intervenciones en el mercado cambiario, limitando la pérdida de reservas a las divisas requeridas para la cancelación de vencimientos en moneda extranjera"”, analizó un informe de Bein & Asociados distribuido ayer.

La aceleración de este mes está un escalón por encima de la que se vió en junio, cuando la divisa saltó 2,3% o un 27% anualizado. En las mesas todavía no se convencen de que la nueva velocidad de deslizamiento llegó para quedarse.
Lo que se ve es que está reaccionando a la devaluación del real, siempre sigue una meta de tipo de cambio real, que puede ser coyuntural. Lo importante es ver para atrás, que el dólar sube 21% en los últimos doce meses y no ha dado síntomas de que vaya a subir más de 20% en todo 2013”, dijo un corredor de cambios que prefirió no ser mencionado.

El real brasileño perdió 13% frente al dólar en los últimos tres meses. Ayer bajó un 0,60% y el dólar se vende a 2,339 reales en Brasil, pero llegó a tocar en la rueda 2,35 unidades. 

La otra duda en la mente de los operadores es la contradictoria intervención del BCRA en el mercado de futuros. Mientras que por los últimos días se puede calcular una disparada del dólar del orden del 30%, en base a sus posturas en futuros no se puede aspirar a más del 22%, según informa Cronista.

“El BCRA continúa operando sobre el mercado de futuros en los primeros cuatro meses del año convalidando una tasa de devaluación menor: 21,5% entre enero y abril consistente con un dólar de 6,4 a fin del primer cuatrimestre”, consignó Bein & Asociados.


jueves, 15 de agosto de 2013

Devaluar sin que se note: "dólar Cristina" acelera y este año se dará la mayor suba de toda la era K

"Quienes quieran ganar plata con una devaluación deberán esperar a otro Gobierno", decía hace dos meses Cristina Kirchner. Lo cierto es que desde entonces el billete verde viene subiendo a tasas sorprendentes por factores internos y externos. Pronósticos para la divisa para fines de año



POR RUBÉN RAMALLO

"Quienes quieran ganar plata con una devaluación deberán esperar a otro Gobierno".

Con esta frase, tan simple como contundente, Cristina Kirchner dejaba bien en claro hace un par de meses cuál iba a ser la política del Ejecutivo para con el dólar.

Sin embargo -así como ha sucedido en otras cuestiones- el "relato" parece ir por un lado y la realidad por otra.

Es que, precisamente en estos últimos dos meses, algo ha venido ocurriendo en materia de política cambiaria y que va justo en dirección contraria al discurso oficial.

Otra Argentina
Hasta hace un tiempo, el dólar en la Argentina era utilizado -junto con los subsidios- como "ancla" inflacionaria.

Es decir, para evitar una mayor disparada del índice, el Gobierno fue conteniendo la suba del billete verde para que su escalada no potencie aún más el alza de precios.

La consecuencia de esto es que la divisa estadounidense comenzó a atrasarse frente a la inflación. 

Así, los productos argentinos se fueron haciendo cada vez más caros en dólares y el país fue perdiendo competitividad, producto de ese atraso cambiario.

Consciente de los "efectos colaterales" que trajo el haber aplicado esta política, el Gobierno ahora comenzó a acelerar su ritmo alcista para, al menos, acercar su repunte al índice inflacionario.

Y, pese a los dichos de Cristina, lo cierto es que el dólar en la Argentina muestra esta foto:

-Del 2004 al 2011: el valor oficial subió menos del 10% anual.
-En 2012: la tasa de incremento se elevó al 13%.
-En 2013: en lo que va del año ya superó la marca del 2012 

Pero las cifras resultan más sorprendentes si se observa lo sucedido en los últimos meses, en donde la acelerada es notoria. A punto tal que si se anualiza el alza se observa que:

-En abril el ritmo (anualizado) fue del 15%.
-En mayo trepó al 25%.
-En junio al 27%.
-En julio alcanzó el 30%. 
-En lo que va de agosto, avanza por encima del 32%

"Este nivel superior al 30% anualizado demuestra que el Gobierno busca acelerar para que no se siga profundizando el atraso cambiario y los problemas de competitividad", sostiene Gaston Rossi, director de LCG.

Con estas cifras sobre la mesa, ya es de prever que en este 2013 se dará la mayor devaluación de toda la era kirchnerista.

Y sucederá algo que resultaba impensado tiempo atrás: el dólar terminará subiendo casi a la par de la inflación (ver gráfico): 


El alineamiento de estas dos variables clave da lugar a dos lecturas. Como sucede a veces, una mala y otra buena:

-La mala es que el porcentual de suba (que posiblemente sea para todo 2013 del orden del 25%) es extremadamente alto y no se soluciona el problema de fondo (encarecimiento en dólares y pérdida de competitividad).

-La buena es que, al menos, el Gobierno evita que se profundice el ya indisimulable atraso cambiario. No lo resuelve, pero al menos evita que se agrande.

¿Necesidad o convicción?
Para poder analizar mejor este gran cambio de la administración K en su manejo con el dólar, resulta necesario ver también qué pasa fronteras afuera.

Y desde esta perspectiva se observa que el fuerte proceso de devaluaciones que se está dando con las distintas monedas también presiona al Banco Central y lo obliga a acelerar la suba del billete para acompañar esta tendencia.

¿Por qué? Porque si las divisas de países vecinos se debilitan frente al dólar, sus productos se tornan más competitivos (se abarata la mano de obra e insumos que se pagan en moneda local).

Entonces el Gobierno K también debe hacer subir al dólar más de prisa, para que los productos albicelestes no queden "fuera de carrera".

De modo tal que acelerar la tasa de devaluación es un camino que para muchos analistas se torna casi inevitable.

¿Y por qué se abaratan todas las monedas? Porque Estados Unidos ya avisó que su economía estaba dejando atrás las secuelas de la crisis de hipotecas, que comenzó a recuperarse y -por ende- que iba a abandonar su política de tasas bajas y de dólar barato.

Esto dio lugar a una fuerte salida de capitales de la región, producto de inversores deseosos por dolarizar sus tenencias, ya que buscan anticiparse al fortalecimiento de la divisa a nivel global.

El vecindario, con fuertes cambios
Producto de este cambio de clima, las monedas han comenzado a recorrer su ciclo de depreciación. Para Argentina cobra particular relevancia lo que vaya a suceder con el real brasileño.

Seguir de cerca su evolución se hace más que necesario por la importancia que tiene ese mercado para la colocación de productos argentinos.

"En lo que va del año, el Banco Central acumuló una devaluación del 13%, casi en línea con la inflación. Este porcentaje resulta similar al que se registró en Brasil. Es decir que en dólares estamos siguiendo el mismo ritmo", afirma el economista Tomás Bulat.

Pero hace una salvedad: "La gran diferencia es que ellos tienen un índice inflacionario del 6,7% y acá ronda el 25%, lo que hace que ellos sean mucho más competitivos".

"Lo que se está viendo ahora con el mayor ritmo de devaluación es consecuencia del comienzo del fortalecimiento del dólar a nivel mundial, que debilita al resto de las monedas", coincide en señalar Luciano Cohan, economista de Elypsis.

Rossi, de LCG, agrega: "Ahora comenzarán a observarse que algunos factores que antes jugaban a favor lo harán en contra. Y la evolución del real es uno de ellos".

Sobran pesos, faltan dólares 
A principios de año el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, había afirmado que el dólar oficial llegaría a los $6 a fines de diciembre, lo que implicaba un incremento del orden del 22% anual.

No obstante, a raíz del cambio de clima global -y habiendo tomado nota de cómo el Gobierno argentino aceleró la suba en estos últimos meses- varios analistas ya ajustaron sus pronósticos de comienzos de año.

"Estimo que el Gobierno terminará el 2013 con un dólar oficial por encima de los $6. Es decir, el incremento superará el 22%. Pero tampoco creo que la devaluación de las últimas semanas sea extrapolable a futuro", considera Rossi.

Al igual que este analista, otras fuentes consultadas argumentan que si la administración K lo hacer subir bastante más que un 25% este aumento pegaría de lleno en la inflación.

Según la encuesta que realizó en julio la consultora LatinFocus, con sede en Barcelona, entre los que apuestan por un precio por encima del "dólar Moreno de $6" se encuentran Capital Economics, el Banco Santander y C&T Consultores.



"El precio para fin de año dependerá, primero y principal, de cuánto apriete y condicione la economía al Gobierno y, en segundo término, del resultado electoral de octubre", afirman desde M&S Consultores.

"Ambos factores marcarán el perímetro del poder de acción del Ejecutivo, sabiendo que tal como se presentan hoy día las cosas, "algo tendrá que hacer, porque la estrategia actual luce insostenible en el tiempo", agregan.

Los economistas de M&S sostienen además que no puede descartarse algún salto del dólar paralelo camino a octubre, causado por la fuerte emisión y el excedente de moneda local.

"El bienio 2014-2015 mostrará un escenario con un dilema de fondo planteado por el faltante de dólares junto con el sobrante de pesos", sostiene Carlos Melconian.

El economista remarca los perjuicios que actualmente trae la fuerte emisión para financiar un abultado gasto público.

"A partir de aquí, ambas cuestiones se ligan: el sobrante de pesos quiere pasarse a bienes y/o dólares y presiona a los precios, al mercado cambiario oficial y también al paralelo", completa Melconian.

"Visto así y muy simplificadamente -agrega- el origen primario del faltante de dólares es el sobrante de pesos que, a su vez, tiene un origen fiscal".

Es por eso que Melconian pronostica que, de cara a octubre, el paralelo, los precios y las reservas le traerán varios dolores de cabeza al oficialismo.

El dólar de Marcó del Pont
¿Cómo se ve al dólar oficial desde Wall Street? Los contratos que se conocen como NDF (Non deliverable forwards) muestran que el panorama con el billete verde de ser calmo: los vencimientos pactados para diciembre se negocian a $6,57 y para agosto 2014 se realizan a $8,93.


¿Qué son los NDF? Son contratos negociados por empresas multinacionales que operan en la Argentina que buscan cubrirse contra bruscas variaciones del tipo de cambio.

Lo relevante de esta cotización es que no está "manchada" por la intervención que realiza el Banco Central para presionar a la baja, como sí lo hace en el mercado Rofex o en el MAE.

Y esto le confiere una mayor transparencia a la opinión de quienes negocian en base al riesgo cambiario argentino. 

El blue, con su propia dinámica
En la Argentina suceden cosas verdaderamente insólitas. Y una de ellas puede observarse en lo que sucede en la plaza cambiaria.

A las complicaciones que genera un país con mercado desdoblado (oficial y paralelo) se ha sumado otra que es digna de asombro: el "desdoblamiento del propio dólar blue".

Es decir, actualmente conviven una cotización "blue oficial", que informan algunas entidades para conformar a Moreno, y una "blue real", que es la que vale a la hora de pactar una operación.

Lo cierto es que -más allá de esta nueva rareza- ambos precios parecerían "condenados" a ir para arriba.

"Por lo menos hasta elecciones de octubre, el Gobierno va a seguir fomentando el consumo e incrementará el gasto público, por lo que van a sobrar pesos y eso va a meter presión al precio del paralelo, que va a trepar a entre $10 y $11 para fin de año", pronostica Bulat.

Por lo pronto, el actual contexto muestra a una Argentina con múltiples colores para el dólar, un mercado que ya hizo su propio ajuste (vía el circuito informal) y un billete verde oficial que crecerá cerca de un 25%, pese a que Cristina diga que "el que quiera ganar plata con una devaluación tendrá que esperar a otro Gobierno".

miércoles, 14 de agosto de 2013

Pronostican desde el mercado un desdoblamiento cambiario antes de octubre

En Pronóstico Bursátil ven con mayores posibilidades que el Gobierno oficialice la existencia de más de un tipo de cambio y se imponga el plan de Kicillof por sobre el de Moreno. 


Por Silvana Saldisuri, Cronista.com

Tras la poca reacción que tuvieron los mercados luego de la elecciones primarias, desde Pronóstico Bursátil señalan que “lo que lo que están esperando, incluso antes de octubre, es la posibilidad de oficializar el desdoblamiento cambiario que generaría una actividad mayor en todo lo que involucra a los bonos en pesos y en dólares, para hacer el famoso contado con liquides de manera blanca”.

El analista bursátil Marcelo Trovato explicó  para el Panorama Financiero de Cronista.com que en octubre depende cual sea el resultado, los mercados podrían reactivarse como consecuencia de una victoria de la oposición o retroceder si finalmente el oficialismo logra mantener la mayoría en el Congreso. 

A nivel internacional, detalló que “Estados Unidos más tarde o más temprano va a realizar el fin a los estímulos, pero el dato clave va a llegar en septiembre cuando se desarrollen las elecciones en Alemania”.

En tanto aseguró que si la actual mandataria alemana, Angela Merkel,  logra ganar la batalla electoral, “revivirá la inestabilidad en los mercados en Grecia, en Chipre, en Italia y en España”.

“Hoy en función de la coyuntura que estamos viviendo los argentinos”, desde Pronóstico Bursátil recomendaron a los inversores “seguir optando por la moneda dura”. Y pronosticaron “tiempos muy optimistas para los mercados de renta variable”. 

“Creo que como cada diez años, la crisis que está por desatarse en nuestro país va a ser una gran oportunidad para posesionares en nuestras especies argentinas y nuestras empresas, que puede tener una rentabilidad muy importante en muy corto plazo”, consideró.

El plan Kicillof

La idea de Axel Kicillof de desdoblar el mercado cambiario es vieja. El viceministro de Economía ya había recomendado el desdoblamiento cuando se acercó al "cristinismo". A fines del 2011, Cristina Kirchner optó por las sugerencias de la AFIP y de Moreno y desechó el plan.

Luego, Kicillof reeditó su idea en el marco de una fuerte crítica a la forma como Ricardo Etchegaray instrumentó el cepo cambiario y objetando, a la vez, el manejo que realiza Guillermo Moreno para controlar los precios.

La propuesta el joven economista es flexibilizar el cepo al dólar, blanqueando un billete financiero cercano al "blue" y un tipo de cambio comercial un poco por encima del oficial.

martes, 13 de agosto de 2013

Con el plan Cedin ya teñido de gris, resurge con fuerza la amplia "gama de colores" para el dólar en Argentina


La iniciativa para calmar la fiebre del blue no viene dando los resultados esperados y toman impulso las distintas operatorias para hacerse de billetes verdes. El paralelo se aleja de los $8 que quería Moreno. La realidad del peso argentino, vista desde las casas de cambio de países vecinos



POR RUBÉN RAMALLO

El ya controvertido Cedin atraviesa un presente que, bajo una mirada optimista, se lo puede calificar como gris.

Según las últimas cifras oficiales, en su primer mes y medio de vida apenas logró interesados que aportaron algo más de u$s20 millones, frente a la intención oficial de reunir unos u$s4.000 millones en tres meses. 

Otro dato que sorprende es que hasta ahora sólo pasaron por ventanilla menos de 400 adherentes al sistema, con un promedio de apenas u$s30.000 por transacción.

Pero eso no es todo, ya que de ese total un tercio se convirtió rápidamente a dólares contantes y sonantes, producto de operaciones inmobiliarias. 

Es decir, que apenas se mantienen en circulación unos u$s14 millones, una cifra más que exigua para constituir un mercado secundario, uno de los objetivos iniciales planteados por la administración K para correr un poco de escena al dólar blue.

Según Rodrigo Alvarez, director de Analytica, "la gran apuesta que hizo el Gobierno con el Cedin está resultando bastante decepcionante, con montos que no tienen nada que ver con los previstos inicialmente". 

"La gente no quiere desprenderse de sus dólares, pese a las ventajas del blanqueo, porque saben que son un bien escaso", agrega Álvarez.

Al igual que este analista, el consenso de los economistas advierten de la casi nula circulación de estos certificados.

"Los particulares los cambian rápido por dólares y es por ello que no han tenido impacto en mejorar las reservas del Banco Central", agrega Alvarez. 

Para Facundo Martínez, economista jefe de MyS Consultores, "el plan Cedin no ha estado a la altura de las expectativas que se habían generado antes de su debut".

"Si bien es prematuro calificar la iniciativa de fracaso, ya que aún faltan menos de dos meses, su performance al día de hoy permite anticipar que no servirá para enfrentar los problemas económicos que afronta el país, que son muchos y más grandes".

Sin el pan y sin la torta
Desde que se iniciara el blanqueo a principios de julio, el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, dedicó buena parte de su tiempo a tratar de evitar que el billete paralelo trepe más allá de cierto límite. 

A este objetivo contribuyó la Anses, que recurrió a la venta de bonos y acciones de su cartera para bajar el precio del dólar de "conta con liqui" y, de manera indirecta, el del blue.

Cabe recordar que la primera operatoria consiste en adquirir bonos o acciones en la plaza local (en pesos) y venderlos fuera del país (en dólares), siempre que los papeles elegidos coticen aquí y en el exterior. 

Pero la intervención de la entidad para inducir a la baja de ambas cotizaciones (y que la obligó a "liquidar" cerca de u$s1.000 millones de su tenencia de estos títulos) sirvió sólo para bajar la fiebre unos pocos días. 

Es que apenas Moreno metió presión para reducir el mecanismo de "conta con liqui" (una vía legal para hacerse de billetes verdes) creció el mal humor en el mercado y el precio del blue volvió a trepar.

Así, la administración K se quedó "sin el pan y sin la torta". Es decir, sacrificó recursos y, pese a ello, el paralelo siguió alto. 

Para la operatoria de "conta con liqui" suele recurrirse a la triangulación de bonos o acciones:

En el primer caso se destaca el Bonar VII, Bonar X y el Boden 2015. 
En el segundo, Tenaris, YPF y Grupo Galicia, que cotizan tanto en Buenos Aires como en Nueva York, bajo la forma de ADRs (American Depositary Receipts).

La presión oficial fue tal que hubo días en los cuales los propios operadores tuvieron que decretar una suerte de "feriado".

Más aun. Hasta se dio la paradoja del "desdoblamiento del blue". Es decir, una cotización de $8,62 para conformar al funcionario (que en la jerga financiera se conoce como "dólar Moreno) y otra "real", que es la referencia que utilizó el mercado para este tipo de operaciones, que se ubica en el orden de los $8,80.

Los colores del dólar
Las restricciones cambiarias y el frustrado inicio del plan Cedin hicieron revivir los diferentes colores del dólar, en una gama que comprende no menos de seis variantes.

Por un lado está el precio oficial de $5,56, el "dólar soja" de $3,61 (descontadas sobre ese valor el 35% de retenciones) y el turista de $6,66 (agregado sobre esa misma referencia el recargo del 20% de AFIP).

Además, recorriendo de menor a mayor esta gama de colores que plantea al actual contexto, se pueden mencionar las cotizaciones que surgen de la negociación de bonos y acciones, tales como:

-Bonar X ($7,21): con este bono su poseedor se hace de billetes verdes recién en el año 2017, más allá de ir recibiendo pagos semestrales en concepto de intereses. Es una apuesta de largo plazo, con todos los riesgos que ello implica.

-Boden 2015 ($7,80): su vencimiento se produce dentro del plazo de la actual administración, por lo que no despierta entre los inversores mayores temores de una posible falta de pago.

-Tenaris ($8,54): es una de las acciones preferidas por los inversores para hacerse de dólares legales en el exterior, a través de la operatoria de "conta con liqui". Recientemente, por la presión oficial, se redujo su cotización y volumen negociado, si bien los canales se mantienen abiertos.

-Apple ($8,60): la acción de la firma de la manzanita es operada en la bolsa porteña bajo la forma de Cedear (Certificados de Acciones). El precio del dólar implícito que conlleva esta operatoria -que posibilita ingresar dinero a un valor mayor al oficial- surge de comparar la cotización local con la de Wall Street.

-Bonar VII ($8,62): este título paga todo el capital en septiembre de este año, lo cual hace que el riesgo disminuya día a día. Por eso su precio se acerca al del blue. 

-Dólar Cable ($8,89): quienes buscan fugar divisas por esta vía dejan sus billetes en custodia de una financiera para que ésta los acredite en el exterior. El costo es del 1% por encima del blue. Lo que suelen hacer estos intermediarios es "calzar" los fondos de quienes necesitan traer dinero con los de aquellos que tratan de sacarlos (de modo que los billetes físicos, en realidad, nunca "viajen" o se muevan lo menos posible).

"Se mire por donde se mire, el tipo de cambio está por arriba del valor en el que pretende anclarlo el Gobierno. Puede regular la cotización un tiempo, pero luego el mercado se reacomoda según oferta y demanda", precisa Agustín Cramo, que focaliza su atención en los $8,80 al que se ubica el blue.

Una calma que duró poco
En general, cada una de las cotizaciones mencionadas guarda relación con el blue. Según los casos, las mismas pueden ir del 82% (Bonar X) al 98% para el Bonar VII.

No obstante, esta regla se vio alterada cuando el billete alcanzó su máximo histórico de $10,45 a inicios del mes de mayo, ya que en ningún caso los precios de sus "sustitutos" subieron en igual proporción.

Pero una vez que la Anses redujo su intervención en el mercado, la situación se fue reacomodando a sus precios naturales, para así ubicarse nuevamente en los niveles similares a los de abril de este año (previa injerencia del organismo).


El peso argentino, más allá de las fronteras
Desactivados el efímero "efecto casino" y "dólar Colonia", a los turistas argentinos que viajan no les queda otra que pasar por las casas de cambio, si es que desean adquirir dólares.

Hoy día, en Santiago de Chile deben desembolsar unos $8,60 por billete verde (cifra más cercana a la cotización del blue que a la del oficial). 

En Asunción del Paraguay este valor trepa a $8,90 y en Río de Janeiro alcanza la "módica" suma de $9,50.

Cabe apuntar que -hasta no hace mucho tiempo- en las dos últimas ciudades los precios de referencia eran inferiores a los valores del paralelo en la city porteña.

Pero esta situación cambió, por la menor demanda de turistas provenientes de esos países, producto del debilitamiento de sus respectivas monedas sumado al mayor costo de vida en Argentina. 

El caso más curioso es el de Montevideo. En estos días, quien busque convertir pesos argentinos a dólares deberá desembolsar casi lo mismo que cuando el billete alcanzó su máximo histórico: $10,50.

Este nivel contrasta con el vigente hasta mayo, cuando los tours de compra de uruguayos llevaban a las casas de cambio locales a pagar mucho más por los pesos argentinos, disminuyendo el precio. A tal punto que, durante unos días, fue más barato comprar dólares en Montevideo que en Buenos Aires.


"La dinámica del mercado paralelo es muy volátil y dependerá de lo que haga el Gobierno, aunque la presión alcista sigue existiendo", afirma Alvarez.

"No se atacan las causas, sino las consecuencias. Está visto que las intervenciones del Gobierno sobre la plaza cambiaria siempre tienen efectos transitorios", afirma el economista de M&S.

"Las reservas del Banco Central y su comparación con el circulante dan un valor mucho más alto que el oficial y más cerca del blue", agrega Cramo.

"No sería ilógico que hacia fines de año convivan varios tipo de cambio: uno alto para turismo y compra de pasajes; otro intermedio para adquisición de bienes de capital y otro más bajo para liquidar exportaciones", pronostica Cramo. 

Rodolfo Santángelo, socio de Carlos Melconían en M&S, así vislumbra el escenario que viene: 

"Con esta política monetaria el único camino que veo para el dólar blue es ascendente".

Y concluye: "Veo la tasa de inflación creciente. Faltan dólares porque sobran pesos. El cepo se mantendrá y no sólo eso, después de octubre se profundizará".

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