lunes, 9 de septiembre de 2013

"Oasis verde" en plena sequía: ahorristas apuran compra de Bonar VII para hacerse de dólares frescos

El Gobierno pagará u$s2.070 millones por este título y se abre el interrogante sobre a dónde irá ese caudal de billetes. Se estima que parte llegará al mercado inmobiliario y otro tanto al colchón. La incertidumbre hace prever que pocos reinvertirán en otros títulos ya que se opta por la liquidez


POR MARIANO JAIMOVICH
El próximo 12 de septiembre vence el Bonar VII, o simplemente el "AS13" como se lo conoce en el mercado.

El monto total que se va a acreditar en las cuentas de sus tenedores es impactante -más en plena "sequía verde"- ya que supera los u$s2.000 millones, que llegarán a sus bolsillos en billetes estadounidenses contantes y sonantes.

Dado que es un bono que se negocia en pesos, el tipo de cambio implícito que se obtiene a través del mercado local es del orden de los $9 por dólar. Es decir, cercano al valor del blue.
Esta paridad no es casual. Su cotización evolucionó prácticamente al mismo ritmo del billete paralelo. Es decir, subió alrededor del 37%.

La mayor demanda por este título es otra prueba más del interés que existe en particulares y empresas por dolarizarse, al igual que lo que sucede en otros ámbitos, como la compra de autos importados

"El volumen operado se multiplicó en las últimas semanas y la razón es comprensible: hasta el 2015 no habrá otra oportunidad para hacerse de dólares legales, vía el mercado de bonos", afirma Sabrina Corujo, economista de Portfolio Personal.

Una vez que los inversores se hagan de los billetes, el gran interrogante es qué destino tendrá este gran caudal de divisas.

Sucede que las alternativas que se presentan para los poseedores del Bonar VII -que cobrarán en efectivo- son bastante acotadas, producto de las limitaciones que impuso el cepo cambiario en octubre de 2011.

En la práctica, el contexto de hoy día es muy diferente al de agosto del año pasado, cuando se efectivizó el pago de otro título, el Boden 2012, por una cifra similar: u$s2.300 millones.

¿Por qué el panorama es distinto? Porque ahora escasean más los dólares y las reservas del Banco Central están en franco declive.

Esto, de por sí, genera una preocupación creciente para un Gobierno que en los últimos dos años perdió más de u$s13.000 millones y aún sigue sin poder estabilizar sus cuentas.

A ello se suma la incertidumbre que generan de por sí las elecciones, que están a la vuelta de la esquina, y el juicio que se enfrenta con los holdouts.

Su resolución, en el peor de los casos, le implicaría a la administración K tener que pagar más de u$s1.300 millones y con el riesgo latente de verse obligada a decretar un default técnico.

"El que quiere invertir en la plaza local se encuentra con que está más complicado el contexto respecto al del año pasado. No veo el buen ánimo que existía cuando se canceló el Boden en 2012", resume a este medio Facundo Martínez, economista jefe de MyS, la consultora de Carlos Melconian.

"Hoy está el condicionante de que el país entre en default técnico en un contexto en el que las reservas no paran de caer. El panorama es más desalentador", agrega.

En este contexto, desde la city porteña señalan que los ahorristas que cobrarán los u$s2.000 millones se encuentran con este abanico de opciones:

-Compra de bienes que cotizan en dólares.
-Quedarse con los billetes en el colchón.
-Llevarlos al exterior. 
-Canjearlos por otros bonos dolarizados

Mercado inmobiliario

"Con los dólares billetes hoy no se puede hacer demasiado en el mercado local, porque dejaron de existir herramientas viables para invertirlos desde que se implementara el cepo cambiario", afirma un reconocido analista financiero que pidió no ser mencionado.

"Descartados los Cedin y los Baade, que no despiertan interés, está la opción de comprar inmuebles u otros pocos bienes que cotizan en dólares, como los autos importados", agrega.

En su visión, la más atractiva es la primera opción. "Con billetes verdes en mano, se pueden conseguir importantes descuentos sobre el precio de venta de la propiedad".

Por cierto, esta alternativa para canalizar el dinero no se reduce solamente a la compra de un departamento. Por el lado de las empresas, está la opción de la adquisición de locales comerciales u oficinas.

Billetes al colchón

Expertos afirman que en épocas de incertidumbre como la actual, existe una mayor preferencia de los inversores por quedarse líquidos, más que por reinvertir en otro título.

"La mayoría de los inversores minoristas va a elegir quedarse con los billetes verdes legales en mano. Es poco probable que se vuelquen a otros bonos en dólares, algo que sí podrían hacer las empresas", asegura Rubén José Pasquali, analista de mercados de Mayoral.

Para pequeños montos, es de prever que parte del dinero recibido "emigre" a otros países, siendo los bancos uruguayos uno de los principales focos de recepción.

Otra parte de ese caudal de billetes tendrá como destino "el colchón", que incluye su atesoramiento en las cajas de seguridad.

Canjear dólares por otros bonos

Otra alternativa por la que optarán los inversores, en particular las empresas, es la de tratar de anticiparse a la fecha de extinción y recomprar en el mismo mercado otro bono con un vencimiento relativamente corto.

¿Por qué? Porque los fondos que se le acrediten en su cuenta de la Caja de Valores deben ser contabilizados al tipo de cambio oficial", afirma un operador de bonos de un banco líder.

"Quienes tengan que optar por esta alternativa y elijan quedarse en el mercado de títulos destinarán sus fondos al Boden 2015, que es el papel de vencimiento más cercano", analiza Pasquali.

En esto coincide Martínez, de MyS: "Parte de esos u$s2.000 millones pueden ser reinvertidos en alguno con próximo vencimiento, como el Boden 2015 o el Bonar X, que vence en el 2017".

"El control de cambios ha convertido a este tipo de papeles en uno de los pocos mecanismos que quedan para hacerse de dólares legales. El comprador abona con pesos el derecho a recibir un flujo de pagos en billetes verdes, en concepto de amortización e intereses", afirma Corujo.

Cabe apuntar que el tipo de cambio implícito del primero de ellos es de $8,05 y del segundo $7,30. En otras palabras, es el precio teórico que se debe abonar hoy para hacerse de divisas a esos plazos.

"Tras este vencimiento, dolarizar carteras va a requerir de una estrategia más activa. Aquellos inversores que busquen divisas estadounidenses van a tener que ir siguiendo de cerca el calendario de pago de intereses y buscar aquellos títulos que ofrezcan un mayor desembolso en relación al precio", sostiene la economista de Portfolio.

¿Y el blue?

Otro de los interrogantes es cómo afectará la inyección de este caudal de dólares en el mercado informal.

Luciano Cohan, economista jefe de la consultora Elypsis, considera que "no cambiará mucho el panorama. Independientemente de cuánto se canalice, la tendencia del paralelo es claramente al alza. Además, la plata del Bonar es blanca, así que será poco el monto que vaya a engrosar la oferta de divisas en el circuito informal", resume.

Los analistas coinciden en señalar que el blue tiene su propia dinámica y que la evolución de su precio está sujeta a otros factores, como la emisión de pesos, el temor que genera la caída de reservas y el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial, además de cuestiones estacionales.

En relación con lo ocurrido el año pasado, cuando se canceló el Boden 2012, Martinez recuerda: 
"Se pensó que ese dinero iba a ir al sistema o al paralelo, pero esta idea duró poco tiempo".

Así, por ejemplo, en la segunda quincena de ese año, el Boden 2015 valía u$s84, y el dólar de "conta con liqui" con ese papel arrojaba un valor de $6,80 (tocó casi 7 pesos).

En cambio, en los primeros días de agosto, luego de pagar el Boden 2012, ese título pasó a costar u$s89, y el conta con liqui bajó a $6,40.

"Hubo una mínima distensión en el mercado informal que duró apenas unos días", dice Martínez, quien agrega: "Se estima que pasará lo mismo ahora, no moverá demasiado el amperímetro este pago en efectivo".

Un blue de entre $9,50 a $10 es un "valor razonable", según operadores consultados.

Por lo pronto, el apetito dolarizador está más presente que nunca, en un contexto en el que el cepo cambiario redujo los grados de libertad con los que cuentan los ahorristas para canalizar su dinero.

De hecho, el blue ya recuperó el valor de meses previos, tras el bajón forzado que tuvo, producto de la fuerte presión del Gobierno en la previa al debut del infructuoso Cedin.


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