jueves, 22 de agosto de 2013

Advierten que la evolución del dólar blue será clave en la agenda de los próximos 60 días

De aquí a las elecciones legislativas de octubre todas las miradas estarán puestas en su cotización. El Gobierno apuesta a que no supere los $10



También la economía jugará su partido hasta las elecciones legislativas de octubre: durará 60 días y los analistas apuntan a que el marcador sea en función del nivel del dólar paralelo. 

A modo de síntesis, si el "blue" está a menos de $10, el 27 de octubre el Gobierno habrá logrado un empate y sobrellevar, con esfuerzo, las presiones que desde hace meses vienen ejerciendo los desajustes de algunas de las principales variables económicas. 

La conclusión surge del convencimiento de que en estos 60 días son pocas las modificaciones que se esperan, especialmente, en materia cambiaria, consigna el diario Clarín en su edición de hoy. 

Un reciente informe de la consultora Empiria define el futuro cambiario en cuatro puntos, los dos últimos a modo de especulación: 

-Una devaluación brusca es muy improbable. No está en el ADN del Gobierno (a lo sumo podría intentar una suba más rápida del dólar oficial). 

-No habrá relajamiento del cepo cambiario: seguirá la caída de reservas en 2014 y 2015 ,y eso no deja márgenes para atenuar los controles. 

-Podrían sumarse mayores restricciones al turismo (con límites de compras con tarjeta en el exterior, como en Venezuela). 

-Se especula con el desdoblamiento cambiario: bajo, para el agro e importaciones básicas, y alto, para atesorar, girar divisas, importaciones suntuarias. Y una mejora del tipo de cambio sobre los productos regionales. 

Respecto del último punto, el matutino menciona que la Presidenta, en varias oportunidades, descartó la posibilidad de un desdoblamiento (aunque el mercado ya lo hizo de hecho) pero eso dependería de la necesidad de divisas que tenga en el futuro. 

En un contexto en el que no se esperan medidas sorpresivas, el Gobierno avanzó en decisiones clave respecto de los pagos de deuda al exterior y la posibilidad de seguir consiguiendo financiamiento del Banco Central. 

Ya autorizó a usar otros u$s2.500 millones del Central para pagarle a los tenedores de títulos Bonar VII y así, a fines de la semana próxima, las reservas bajarían a u$s 35.000 millones, un nivel aún alto pero que ratifica el rumbo de los últimos tiempos: sólo se mueven hacia abajo. 

Además de esos dólares, y en silencio, habría logrado otros u$s7.000 millones que originalmente el Presupuesto habría previsto para pagarle a organismos internacionales que quedarían pendientes. 

Esos dólares entraron dentro del marco de la tentación oficial de ser pasado a pesos para destinarlos a aumentar el gasto público. 

De esta forma, y después de que el Central ya haya emitido generosamente este año unos $ 80.000 millones para financiar al Tesoro, se habría abierto una nueva vía para financiar más gasto público en tiempos de campaña. 

Mientras tanto, y en medio de una montaña de pesos (los bancos nadan en liquidez), el Central acelera la suba del dólar oficial (va a un ritmo de 28% anual) para no perder terreno frente al paralelo (ayer en $9,05) ni a Brasil, que en el año ajustó 15% su tipo de cambio mientras que la Argentina lo hizo al 13%. 

En esas carreras, una parte del resultado del partido está jugado. 

La mejora de la actividad económica del segundo trimestre (aumento en la venta de autos, electrodomésticos y repunte de la construcción) mantendrá su ola expansiva hasta octubre. 

Y otro tanto ocurrirá con la inflación, que aparece instalada por encima del 2% mensual, duplicando los porcentajes del comienzo del año. 

Así el partido tiene, por un lado, el riesgo de que la aceleración del dólar oficial le agregue combustible a la suba de los precios. Y de que la inflación se coma parte de la mejora que obtuvieron los asalariados en paritarias y los jubilados. 

Por otro lado, si el Gobierno se resiste a subir las tasas de interés para acercarlas a la inflación (hoy un plazo fijo ofrece 18% y los precios suben 24% en el año), un corrimiento al dólar blue siempre será una amenaza . 

Y un interrogante adicional del tiempo preelectoral es si al Gobierno le alcanzarán los aprietes de Guillermo Moreno a bancos y casas de cambio para mantener el paralelo por debajo de los $ 10. 

Las presiones del secretario de Comercio parecen haber perdido efectividad y hasta algunos funcionarios entienden que tarde o temprano el Gobierno deberá poner dólares sobre la mesa para aquietar las aguas en caso de necesidad. 

En este partido, donde hay más compradores que vendedores y una montaña de pesos frente a cada vez menos dólares, la pulseada será permanente. 

El blanqueo de divisas todavía no logró mejorar la performance ni por los Cedin ni por el Baade. 

Por Cedin, el certificado destinado a reactivar el alicaído mercado inmobiliario, hasta ahora hay u$s 30 millones. 

Y por vía del Baade, el bono para el sector energético que comenzó a suscribirse el martes, todavía no hay novedades. 

En esa perspectiva, los u$s4.000 millones a los que aspiraba el Gobierno por el blanqueo se presentan como una cifra inalcanzable. En los últimos años, la Argentina creció y multiplicó sus importaciones. 

Basta tener en cuenta que en el 98, el mejor año de la Convertibilidad, se importaban u$s1.000 por habitante. Ahora, esa importación anual per cápita llega a u$s 1.700, un salto de 70% que, en gran medida, fue posible por los dólares de la soja. 

Pero, al precio actual del dólar, las divisas que aporta el "yuyo" no alcanzan para garantizar un crecimiento sostenido. Las correcciones son necesarias pero por 60 días la estrategia oficial no sería otra que resistir, concluye Clarín este jueves.

No hay comentarios:

Publicar un comentario en la entrada

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...