El endurecimiento de los controles que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) decidió retomar desde el martes en el mercado oficial de dólar, tuvo su contracara en el circuito negro. A partir de esta semana, el organismo que conduce Ricardo Echegaray resolvió un reacomodamiento de los límites topes que tienen los particulares para comprar dólares mensualmente. Puntualmente, redujo el límite de compras que el público tenía hasta el lunes para adquirir divisas. Hasta el momento, los particulares estaban autorizados a destinar hasta el 40% del sueldo a compras de moneda extranjera. Ahora, ese porcentaje cayó significativamente a cerca del 25%.
Como suele ocurrir cuando se aplican trabas, el precio del billete blue o azul –como se denomina en la jerga a la divisa que se comercializa en las cuevas– se recalienta. Ayer pasó de $ 5,07 para la venta a valer $ 5,11. El avance se dio a partir del ajuste cambiario del martes y luego de varias jornadas de relativa estabilidad, con un dólar paralelo cotizando durante días en torno a los $ 5,04. Hace apenas una semana, el Gobierno había decidido liberar más ventas de billetes en sucursales bancarias y casas de cambio justamente para restarle presión al mercado informal.
Y es que desde que se conoció el proyecto del kirchnerismo (ya convertido en ley) para expropiar el 51% de YPF a mediados de abril, el tipo de cmabio que se transa en las cuevas se disparó en ese entonces unos 20 centavos o su equivalente de 4,05%, quebrando por primera vez en la historia los $ 5 al día siguiente de la noticia y llegando a costar en las jornadas siguientes hasta $ 5,17 para la venta. Tras la escalada, el Gobierno salió a tomar cartas sobre el asunto hasta hacer ceder a la divisa algunos centavos, pero igual muy por encima de la cotización oficial. En ese entonces logró bajarla a $ 5,05.
La estrategia oficial fue en ese entonces flexibilizar las restricciones cambiarias del público, intimidar al mercado a través de inspectores de la AFIP que visitaron bancos y casas de cambios del microcentro porteño y que el Banco Central (BCRA) desaparezca por unos días del mercado de futuros con su jugada habitual de ofrecer contratos baratos para que inversores vendan spot.
Pero a partir de esta semana la táctica cambió. En rigor, ayer la entidad regresó a los fowards y se posicionó con posturas de ventas fuertes para los plazos de julio a noviembre. Así, en el contado del segmento mayorista, la divisa cerró en $ 4,44 sin presencia oficial y con un muy discreto volumen de negocios. En el mercado minorista el billete permaneció en $ 4,46. Por su parte, el contado con liquidación –mecanismo para fugar divisas– escaló hasta $ 5,58.
El giro oficial obedece a que la oferta de divisas no está satisfaciendo las proyecciones oficiales. Desde el mes pasado inició la temporada más intensa de liquidación de dólares por parte del agro. Y si bien no es desdeñable lo que el campo está volcando al mercado, lo cierto es que al BCRA no le alcanza para recomponer sus arcas en el nivel deseado. Es por eso que desde el ente están realizando todas las jugadas posibles para acelerar sus compras. Desde la semana pasada está presionando vía informal a los exportadores para que vendan. Muchas de estas operaciones se frenaron a partir de los nuevos plazos de liquidación que se establecieron para este sector; una medida que apuntó a ampliar la oferta. A su vez, en las mesas detallaron que hace un tiempo el “BCRA está retrasando la información de autorizaciones de pagos que comunica a primera hora de cada jornada y que por esa razón la rueda está arrancando entre una y dos horas más tarde”.
cronista.com
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